Y es que el presente, la vida real, es lo que pasa mientras sigues ensimismado en el pasado o te anticipas al futuro.
El presente siempre está contigo, de hecho, es el único que verdaderamente existe. Pareciera que solo lo sientes cuando tu adrenalina se dispara, pero no lo dudes, siempre ESTÁ, porque siempre ES.
Pareciera que solo las emociones intensas te lo hacen notar, cuando en realidad sigue ESTANDO Y SIENDO cuando enmudeces, cuando dejas que todo transcurra tal cual es, sin resistencia, sin juicio, sin metanálisis.
¡Vuelve, estás aquí y ahora! Te dejo con uno de esos cuentos de la India que te hacen reflexionar sobre cómo estás enfocando tu vida: ¿se te está escapando algo, o por el contrario te la bebes a pequeños sorbos? Escucha esta historia:
Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo:
Me han dicho que tú eres sabio… Por favor, dime ¿qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas?
El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.
Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido.
Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar.
El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.